miércoles, 5 de noviembre de 2008

Entrar en la tierra


Fotografía: Natasha Gudermane

"A cuatro patas, Babe se acercó al tragaluz. Debido a la humedad del jardín y a su sudor, el satén se le pegaba a sus carnes blancas, calientes, palpitantes, dotadas de propia vida, una vida animal, incontrolable y triunfante. El aire fresco era una bendición para sus nalgas, expuestas a la brisa. Un fuerte olor a tierra y a barro le subió hasta sus fosas nasales. Sobre sus ojos caían sus cabellos de rubia teñida. Al retirarlos, se embarró las mejillas con los dedos, que estaban manchados. Le entraron ganas de comerse la fragante hierba mojada que tenía a unos centímetros de la cara, y también la tierra. La tierra, enriquecida con todos los muertos que había absorbido, era buena y traía paz. Cualquier cuerpo habría tenido ganas de entrar en la tierra o de hacer que la tierra entrara en él."

Fragmento de "Satistaction" de Alina Reyes

6 comentarios:

Unknown dijo...

Vaya, ¿qué le paso a la muchacha?

rossae dijo...

Si consideramos que se trata de literatura erótica... le pasan, sí, muchas cosas...


Saludos

terry dijo...

Rossae, al cortar fresca la amapola, quiere guardarla así, en su recuerdo que no marchita, muy a pesar de que lleva los mensajes sabios de la tierra.

Besos en el jardín.

rossae dijo...

Aunque siempre estemos espectantes ante un futuro, lo único que poseemos es el presente, y el recuerdo, marchito o no, de un pasado...

Besos entre la tierra.

Martín Garrido dijo...

Bonita fotografía. Muy... sugerente.

Besos.

rossae dijo...

Cuanto tiempo sin verte por la Catarsis!

Sí, muy sugerente...

Besos