"Para llevar al ser humano hacia la civilización fueron necesarios millones de años, mientras que el regreso al Neanderthal cuesta menos de una semana." Frédéric Beigbeder.
"Yo nunca insulto, caballero, diagnostico. (…) Son los lectores-rana. Constituyen la inmensa mayoría de los lectores humanos y, sin embargo, no descubrí su existencia hasta muy tarde. Soy tan ingenuo. Creía que todo el mundo leía como yo; yo leo igual que como: no significa únicamente que lo necesito, significa sobre todo que entra dentro de mis cálculos y que los modifica. Uno no es el mismo si ha comido morcilla que si ha comido caviar; uno tampoco es el mismo si acaba de leer a Kant (Dios me preserve de hacerlo) o a Queneau. Por supuesto cuando digo “uno” debería decir “yo y algunos más”, ya que la mayoría de gente emerge de Proust o de Simenon sin inmutarse, sin haber perdido ni un ápice de lo que eran antes y sin haber adquirido un ápice de más. Han leído, eso es todo: en el mejor de los casos, saben “de qué se trata”. (…) Uno nunca es el mismo después de leer un libro, aunque sea del modesto Léo Malet: un Léo Malet le cambia a uno. Después de leer a Léo Malet , uno ya no mira a las chicas con impermeable como las miraba antes."
"Tristemente puesta en pie acaricias con los dedos la esperanza muerta la torpeza y la vergüenza de este año, que no fue ese año que esperábamos tener.
Y lamentas con miradas lo que no se puede ni explicar lo que no has guardado porque al no ser lo esperado no quisiste ni archivar ni un solo momento ni un segundo odiado de este amor impuro y agotado enfermo y delicado pequeño y despistado que se apaga
este amor se apaga como se apagan los impulsos de tu amor como terminan los mensajes que no mandas este amor se apaga
y repetimos los errores que si antes eran grandes ahora son enormes y lamentamos no tenernos uno al otro y darnos flores que nos alivien un instante cambien todo y nos perdonen
nuestra falta de cabeza es peor que la pobreza porque no nos ha dejado tener nada
este amor se apaga como se apagan los latidos de tu amor como terminan mis canciones que no acaban este amor se apaga. "
"Las ideas las tenía yo, ella las ponía en práctica. En general a mí las ideas se me ocurrían cuando espantaba recuerdos o cuando sentado a mi escritorio de ideas jugueteaba con la réplica del puñal de Sandokán, o miraba arder el fuego de la salamandra o miraba el cielo a través de la ventana. Yo hubiera querido, y se lo dije a ella muchas veces, que todas las ideas hubieran sido sometidas a un control estricto de calidad. Yo quería tirar las ideas sobre el escritorio de ideas, atacarlas por los cuatro costados, ver hasta dónde resistían, hasta dónde eran viables y después hasta dónde eran redituables. Pero ella las ponía en práctica enseguida. Así era ella."